Seis meses de calvario… y alguno más, sin poder hacer nada. Un hombre se vio privado de su hijo e indefenso ante la ineficacia de un juzgado de Ocaña. La que hasta ese momento era su mujer decide llevarse al hijo de ambos a Jerez de la Frontera, sin su consentimiento. De inmediato, Andrés acude a este juzgado para interponer una demanda de divorcio en la que urgía la adopción de medidas provisionales. O lo que es lo mismo, se instaba a que el niño regresase al domicilio familiar.

Pasan los meses, sin recibir respuesta, y lejos de obtener una solución se ve inmerso en un juicio por violencia de género. Ante la desidia del juzgado de Ocaña, en Toledo, la madre decide interponer una denuncia por maltrato ante el Juzgado de Violencia contra la Mujer de Jerez de la Frontera.

La vista por la denuncia de violencia de género se celebra y «es absuelto con todos los pronunciamientos favorables». Sin embargo, el juzgado de Ocaña sigue sin señalar fecha para el juicio por divorcio, por lo que el menor sigue viviendo con su madre hasta seis meses después, por lo que decide reclamar. La respuesta del Consejo General del Poder Judicial ha dictado que se ha producido un retraso en la tramitación que no resulta justificado.